La trabajadora del mercado municipal de Carapeguá, Carmen Páez de Flor, más conocida como Ña Nena, señaló que las exigencias de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) y del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) deberían aplicarse principalmente a quienes comercializan a gran escala. Sin embargo, desde hace unas semanas, paralelamente a las exigencias de agricultores nacionales de que se ponga freno al contrabando, comenzaron a realizar intervenciones en mercados municipales donde venden a menudeo o llevan a cabo barreras en zonas caracterizadas por la producción de ciertos rubros.
La mesitera explicó que hace reventa a menudeo de productos, como cebolla y papa, que adquiere de proveedores que retiran del Mercado de Abasto de Asunción o directamente de agricultores de la zona de Paraguarí, que están en plena cosecha de ambos rubros.
Ña Nena manifestó que ahora que se tiene un importante volumen de producción nacional, principalmente de papa y cebolla, las autoridades de control exigen facturas legales, pero que si los técnicos de la DNIT y del Senave desean realizar decomisos, deberían empezar por los alrededores del Mercado de Abasto de Asunción y los grandes comerciantes.
Mesiteros piden mejoras urgentes en el histórico mercado de Carapeguá
Según explicó, en el mercado local apenas dos personas se dedican a la venta de productos agrícolas, ofreciendo a clientes humildes que compran por 3.000 o 4.000 guaraníes.
“¿Qué factura le vamos a dar a alguien que lleva verdura por 3.000 guaraníes?”, cuestionó.
Agregó que los organismos de control deberían enfocarse en los importadores, no en los pequeños mercados donde, además, los mesiteros van desapareciendo.
Por su parte, Alberto Fretes, proveedor de papa y cebolla del mercado local, mencionó que él retira sus mercaderías del Mercado de Abasto de Asunción con facturas legales.
“Los productores que me venden están organizados y, si no tienen factura, comercializan a través de comités que cuentan con sus documentaciones en regla”, explicó.
Actualmente, el precio de la cebolla ronda los G. 7.000 el kilo en el mercado local, mientras los intermediarios pagan alrededor de G. 4.000 por kilo directamente en las fincas de los productores. El margen de ganancia, sin embargo, no alcanza a compensar los costos de traslado ni las pérdidas ocasionadas por controles e incautaciones, indicó.
Documentación
En su momento, el director general de Ingresos Tributarios, Óscar Orué, explicó que todas las actividades comerciales o económicas deben estar documentadas, de acuerdo con las exigencias de las leyes. Indicó que el desconocimiento de las normativas no es un argumento aceptable.
En el caso de la incautación de un cargamento de piña y banana procedente del departamento de San Pedro, mencionó que lo decomisado fue devuelto luego de la presentación de autofacturas por los propietarios.
La trabajadora del mercado municipal de Carapeguá, Carmen Páez de Flor, más conocida como Ña Nena, señaló que las exigencias de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) y del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) deberían aplicarse principalmente a quienes comercializan a gran escala. Sin embargo, desde hace unas semanas, paralelamente a las exigencias de agricultores nacionales de que se ponga freno al contrabando, comenzaron a realizar intervenciones en mercados municipales donde venden a menudeo o llevan a cabo barreras en zonas caracterizadas por la producción de ciertos rubros.La mesitera explicó que hace reventa a menudeo de productos, como cebolla y papa, que adquiere de proveedores que retiran del Mercado de Abasto de Asunción o directamente de agricultores de la zona de Paraguarí, que están en plena cosecha de ambos rubros.Ña Nena manifestó que ahora que se tiene un importante volumen de producción nacional, principalmente de papa y cebolla, las autoridades de control exigen facturas legales, pero que si los técnicos de la DNIT y del Senave desean realizar decomisos, deberían empezar por los alrededores del Mercado de Abasto de Asunción y los grandes comerciantes.Mesiteros piden mejoras urgentes en el histórico mercado de CarapeguáSegún explicó, en el mercado local apenas dos personas se dedican a la venta de productos agrícolas, ofreciendo a clientes humildes que compran por 3.000 o 4.000 guaraníes. “¿Qué factura le vamos a dar a alguien que lleva verdura por 3.000 guaraníes?”, cuestionó.Agregó que los organismos de control deberían enfocarse en los importadores, no en los pequeños mercados donde, además, los mesiteros van desapareciendo.Productores de papa y cebolla cerraron la ruta Paraguarí-Guairá para exigir al Gobierno que frene el contrabandoPor su parte, Alberto Fretes, proveedor de papa y cebolla del mercado local, mencionó que él retira sus mercaderías del Mercado de Abasto de Asunción con facturas legales. “Los productores que me venden están organizados y, si no tienen factura, comercializan a través de comités que cuentan con sus documentaciones en regla”, explicó.Actualmente, el precio de la cebolla ronda los G. 7.000 el kilo en el mercado local, mientras los intermediarios pagan alrededor de G. 4.000 por kilo directamente en las fincas de los productores. El margen de ganancia, sin embargo, no alcanza a compensar los costos de traslado ni las pérdidas ocasionadas por controles e incautaciones, indicó.Documentación En su momento, el director general de Ingresos Tributarios, Óscar Orué, explicó que todas las actividades comerciales o económicas deben estar documentadas, de acuerdo con las exigencias de las leyes. Indicó que el desconocimiento de las normativas no es un argumento aceptable. En el caso de la incautación de un cargamento de piña y banana procedente del departamento de San Pedro, mencionó que lo decomisado fue devuelto luego de la presentación de autofacturas por los propietarios.
CARAPEGUÁ, Departamento de Paraguarí. En el mercado municipal de Carapeguá existe preocupación por las exigencias de expedición de facturas de parte de las instituciones de control, supuestamente para frenar el contrabando. Requieren que vendedores y revendedores confeccionen factura legal por la comercialización de productos nacionales, cuando, en la mayoría de los casos, apenas compran por G. 3.000, explicó una mesitera.
La trabajadora del mercado municipal de Carapeguá, Carmen Páez de Flor, más conocida como Ña Nena, señaló que las exigencias de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) y del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) deberían aplicarse principalmente a quienes comercializan a gran escala. Sin embargo, desde hace unas semanas, paralelamente a las exigencias de agricultores nacionales de que se ponga freno al contrabando, comenzaron a realizar intervenciones en mercados municipales donde venden a menudeo o llevan a cabo barreras en zonas caracterizadas por la producción de ciertos rubros.
La mesitera explicó que hace reventa a menudeo de productos, como cebolla y papa, que adquiere de proveedores que retiran del Mercado de Abasto de Asunción o directamente de agricultores de la zona de Paraguarí, que están en plena cosecha de ambos rubros.
Ña Nena manifestó que ahora que se tiene un importante volumen de producción nacional, principalmente de papa y cebolla, las autoridades de control exigen facturas legales, pero que si los técnicos de la DNIT y del Senave desean realizar decomisos, deberían empezar por los alrededores del Mercado de Abasto de Asunción y los grandes comerciantes.
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Según explicó, en el mercado local apenas dos personas se dedican a la venta de productos agrícolas, ofreciendo a clientes humildes que compran por 3.000 o 4.000 guaraníes.
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“¿Qué factura le vamos a dar a alguien que lleva verdura por 3.000 guaraníes?”, cuestionó.
Agregó que los organismos de control deberían enfocarse en los importadores, no en los pequeños mercados donde, además, los mesiteros van desapareciendo.
Por su parte, Alberto Fretes, proveedor de papa y cebolla del mercado local, mencionó que él retira sus mercaderías del Mercado de Abasto de Asunción con facturas legales.
“Los productores que me venden están organizados y, si no tienen factura, comercializan a través de comités que cuentan con sus documentaciones en regla”, explicó.
Actualmente, el precio de la cebolla ronda los G. 7.000 el kilo en el mercado local, mientras los intermediarios pagan alrededor de G. 4.000 por kilo directamente en las fincas de los productores. El margen de ganancia, sin embargo, no alcanza a compensar los costos de traslado ni las pérdidas ocasionadas por controles e incautaciones, indicó.
Documentación
En su momento, el director general de Ingresos Tributarios, Óscar Orué, explicó que todas las actividades comerciales o económicas deben estar documentadas, de acuerdo con las exigencias de las leyes. Indicó que el desconocimiento de las normativas no es un argumento aceptable.
En el caso de la incautación de un cargamento de piña y banana procedente del departamento de San Pedro, mencionó que lo decomisado fue devuelto luego de la presentación de autofacturas por los propietarios.
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